ZP, ese hombre - III parte

Algunas universidades españolas son cotos marxistas donde se ceban intelectualmente a los cachorros de extrema izquierda que en el futuro reemplazarán a los que actualmente copan y disponen de los cargos dominantes en la universidad. Son auténticas granjas de dictadores y totalitarios.

En esa situación está la Universidad Carlos III, cuyo rector es el ejemplar demócrata Gregorio Peces Barba. Pero hay otras que se encuentran bajo el asalto de la izquierda y entre ellas la Universidad Autónoma de Madrid regida por Ángel Gabilondo, donde próximamente se investirá “doctor honoris causa” a Santiago Carrillo.

Escasos y faltos de personajes ilustres a quien homenajear, recurren nuevamente a Carrillo, “el carnicero de Paracuellos”, para ensalzar a los suyos y que la izquierda salga en los papeles como cuna de cultura y ciudadanía ejemplar. Lo malo es que ese pecadillo de “Don” Santiago lo obvian aunque lo de Paracuellos está todavía vigente en la memoria colectiva.

Si, no es nada ejemplar que Carrillo, el responsable del fusilamiento de 12 a 14.000 personas –imposible saber la cifra– presas en las cárceles de Madrid y asesinadas para evitar que pudieran reforzar el ejército de Franco si llegaba a entrar en la capital, el que más tarde fuera secretario del PCE –el de la quema de conventos y las chekas– sea investido “doctor honoris causa” por la Universidad Autónoma de Madrid.

Los méritos: Haber sido en 1936 "miembro de la Junta de Defensa de Madrid presidida por el general Miaja" y que sus libros son "imprescindibles para un cabal conocimiento del devenir histórico". Los asesinatos de Paracuellos no figuran ni en tales libros ni en los archivos de la universidad. Han pasado al olvido, nunca existieron.

No han encontrado mejores “méritos” para darle dignidad a quien nunca la tuvo ni la tendrá por muchos laureles que le cuelguen.

Carrillo es admirado y mimado por la progresía más rastrera, la que se reunió para festejar su 90 cumpleaños sin que el homenajeado lo supiera. Fue una fiesta sorpresa a la que acudieron, entre otros, el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero; la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega; el ministro de Industria, José Montilla; el ex presidente de la Generalidad Jordi Pujol; el lehendakari Juan José Ibarretxe; Herrero de Miñón, Martín Villa, José Barrionuevo, Gregorio Peces Barba (que se refirió a los "buenos y los malos") y un largo etcétera. El acto lo organizaron, entre otros amiguetes, María Antonia Iglesias e Iñaki Gabilondo.

El regalo de cumpleaños fue retirar la estatua de su vencedor, el general Franco –el que le obligó a huir y refugiarse donde su mejor amigo Ceaucescu y señora en Rumanía y Moscú– cuyo derribo fue contemplado con placer por algunos invitados como el cantautor Víctor Manuel.

Durante la celebración, el presidente Rodríguez Zapatero calificó al ex líder del PCE de "ejemplo" político y elogió el legado de libertad dejado junto con un "ramillete de patriotas".

Este es Carrillo y este es ZP.

¡Menudos ejemplos!