ZP, ese hombre - III parte

Poco importa si el delincuente es blanco o negro, nativo o extranjero. Individualizar la delincuencia nos llevará directamente al racismo y la xenofobia, lo que equivale a rechazo y hostilidad.

Pero cuando el delincuente suele ser extranjero y los delitos más graves los cometen ellos, pedir medidas contra ellos o simplemente hablar de ello es un acto de autodefensa, no ya contra el negro o el extranjero sino contra quienes cometen los delitos. Esa es la cuestión por mucho que nos escupan lo de racistas y por mucho que ello nos coarte para llamar las cosas por su nombre.

Mi pregunta de hoy es: ¿Por qué los musulmanes son los más conflictivos? Las razones pueden obedecer simplemente a que su número es mayoritario. No es así porque la mayor colonia de extranjeros son los ecuatorianos, por delante de la población marroquí, que tradicionalmente eran mayoritarios. Porcentualmente los ecuatorianos suponen el 14,60% de todos los extranjeros y los marroquíes son el 14,17%, seguidos de los colombianos con el 9,15%

Las causas de su mayor conflictividad son diversas, entre ellas los condicionamientos de una falsa moralidad inculcada por su religión respecto a la mujer, por ejemplo. Estos días ha sido detenido un marroquí de 25 años después que hubiera matado a una joven de 24 años e hiriese a otras tres mujeres a cuchilladas en la localidad murciana de Caravaca de la Cruz, sin mediar palabras. El agresor fue atendido en un hospital de los cortes que él mismo se produjo al utilizar un cuchillo de cocina contra sus víctimas (ver foto).- El hecho de ser mujeres las condenó ¿quizás por no ir tapadas?.

Pero probablemente la razón de mayor peso es su desarraigo de la sociedad occidental donde se desenvuelven y donde su religión les impide una integración más allá de compartir la sanidad y demás ventajas sociales.. Una teoría criminológica bien conocida, muchas veces comprobada y que resulta de total aplicación al caso de los inmigrantes, establece que una persona se halla tanto más expuesta a tener una conducta delictiva cuanto mayor es el desfase entre sus aspiraciones y sus logros.

De ahí que, frecuentemente, los estratos sociales más bajos presenten una mayor tasa de delincuencia. Y en la sociedad española la integración laboral de los inmigrantes se produce mayoritariamente en los empleos peor pagados. Pero es importante recordar que no se trata sólo de la pobreza objetiva –la pobreza real sufrida por el individuo– sino de la percepción subjetiva de la misma –la sensación de pobreza sentida por el individuo–.

Esto ayuda a explicar el fenómeno, observado en países europeos de mayor tradición en la acogida de inmigrantes, de que la segunda generación presente una mayor tasa de delincuencia. Los hijos de los inmigrantes pueden sentir una mayor sensación de pobreza de la que sentían sus padres, pues sus aspiraciones tienden a ser más elevadas que las de sus progenitores, que a menudo se muestran relativamente satisfechos por la posición lograda respecto a la que tenían en su país de origen. Sus padres eran felices con un trabajo y un techo. Sus hijos quieren un coche y tener un trabajo y un techo les hace sentir pobres e infelices. Terreno abonado para la delincuencia.

En cualquier caso, la percepción de que un creciente porcentaje de los delitos perpetrados en España es obra de delincuentes extranjeros resulta confirmada por los datos policiales, judiciales y penitenciarios disponibles. La tasa de delincuencia de los residentes extranjeros es mayor que la de los autóctonos, tanto en España como en otros países europeos.

En cuanto a las tasas por nacionalidades, tomando como referencia la cifra de residentes estimada en una reciente publicación del INE (La población extranjera en España, 2003) y centrando el análisis tan sólo en aquellos grupos nacionales que presentan las cifras más importantes de detenidos, resulta sorprendente la elevadísima tasa de los argelinos, que resulta difícil de explicar; aunque debe tenerse en cuenta el elevado porcentaje de varones entre los argelinos residentes en España y también el traslado a nuestro suelo de delincuentes habituales argelinos ya fichados en Francia. Les siguen rumanos y marroquíes, con algo más de 60 detenciones por mil residentes; mientras que los ciudadanos de los principales países de la UE presentan una tasa en torno a las 30 y la cifra de los latinoamericanos es algo más baja.

Protestar porque un personaje como el de la foto cambie la vida de quienes han pasado a ser viudos y huérfanos no creo que tenga nada que ver con el anti-islamismo ni la xenofobia o el racismo.

Esta es la única realidad y lo demás son cuentos y los únicos recursos de quienes no tienen más argumentos que intentar desacreditar a quienes están contra la delincuencia, venga de donde venga y aunque venga de nuestros mejores amigos, los musulmanes.