ZP, ese hombre - III parte

La llamada deuda histórica andaluza corresponde a las partidas de ayuda al desarrollo concebida para acortar distancias en materia de servicios entre las Comunidades ricas y pobres que no llegaron a entregarse al Gobierno andaluz.

La deuda histórica, en realidad aún sin delimitar, durante el gobierno de Aznar se cifró por Magdalena Álvarez – consejera de Economía– en 1.148 millones de euros.

El tema de la deuda histórica fue convertido por el Gobierno de Chaves en «”el mayor de los agravios contra los andaluces y Andalucía”». Se le olvidó decir “andaluces y andaluzas”. Pero ello sólo mientras duró el mandato de Aznar porque se dedicaron al permanente desgaste del gobierno del PP basado en un infundado victimismo originado por el presunto olvido con el que Aznar estaba castigando a los andaluces.

«Chaves culpa a Aznar de todos los males de Andalucía e irá a los tribunales si no paga la deuda histórica», rezaban los titulares el 30 de septiembre de 1996. «La Junta pide al Gobierno de Aznar en una carta que pague 51.000 millones de pesetas (306.490 millones euros) a cuenta de la deuda histórica» se leía igualmente ese mismo año.

Además de Chaves, el PSOE también se mostraba inflexible con ese tema y reprochaba a PP andaluz su falta de beligerancia contra Aznar en ese tema: «El PSOE dice que el PP-A está siendo «servil» con Aznar respecto a la deuda histórica». Muy en su papel de salvador de causas perdidas y siguiendo su costumbre, ZP hacía promesas que nunca cumpliría. El 19 de enero de 2004 se leían los siguientes titulares: «Zapatero dice que, si gana, pagará en un mes la deuda histórica».

Pero después de las elecciones y ya ZP en el poder, el 1 de julio 2004 decía la prensa que «El PSOE andaluz rechaza pedir al Gobierno central el pago de la deuda histórica». Sin embargo, en septiembre de 2004, «Chaves exige a Zapatero que los Presupuestos del Estado de 2005 recojan la deuda histórica».

Finalmente, «El Gobierno andaluz admite que los Presupuestos Generales del Estado de 2005 no incluyen la deuda histórica».

Dicha deuda ha pretendido zanjarla el ministro de Administraciones Públicas, el cordobés desertado al nacionalismo catalán, Jordi Sevilla, afirmando con toda su caradura que ya no hay deuda histórica sino «atrasos históricos» y pretendiendo que las inversiones en infraestructuras –el AVE por ejemplo– computan a efectos de dicha deuda. El atropello es mayor si tenemos en cuenta que en realidad la deuda no ha sido ni siquiera cuantificada, aunque a Aznar le exigieran una cifra que no se la creían ni ellos.

En este sentido, Chaves indicó que la cuantía definitiva de la deuda histórica se determinará tras las negociaciones con el Gobierno, aunque en vista de cómo Chaves les sigue el juego, los próximos titulares serán:

« Nueva ronda de negociaciones para tratar de llegar a un acuerdo sobre la fecha de reanudación de las negociaciones.»

Una tomadura de pelo total. Contra Aznar todo valía, con ZP a callar.