ZP, ese hombre - III parte

<< Lo que crea alarma social es que el etarra De Juana Chaos, dijera tras el asesinato en Sevilla en enero de 1998, del concejal Alberto Jiménez Becerril y su esposa Ascensión García Ortiz: «Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas. Acabaremos a carcajada limpia» y que también entregó a un funcionario una instancia solicitando langostinos y champán para celebrar la muerte en Pamplona del concejal regionalista del Ayuntamiento de Pamplona Tomás Caballero, asesinado el 6 de mayo de 1998, además de haber participado en decenas de asesinatos en una de las épocas más sangrientas del terrorismo de ETA y ser condenado a 3.000 años de prisión por los 25 asesinatos, pudiera haber quedado en libertad tras haber cumplido sólo 18 años de pena y después de haber redimido, según un cómputo provisional, 4.350 días de condena gracias a las redenciones concedidas por un juzgado madrileño que carecía de competencias para ello. Cosas como estas son las que crean alarma social.

<< Lo que crea alarma social es que a tal hijo de perra buena parte de las redenciones que se le han concedido se deben al hecho de haberse matriculado en la UNED, aunque en la práctica no ha realizado ningún curso. El mero hecho de estar matriculado redime 20 días al trimestre, es decir, 80 anuales. Todo ello al margen de su comportamiento en prisión, donde ha sido sancionado en varias ocasiones por mala conducta y sin tener en cuenta que no hay ningún propósito de enmienda ni de rehabilitación, y, por tanto, no se cumple la finalidad de la pena. Nada de ello fue tomado en consideración ni pareció importarle al titular del Juzgado de Vigilancia Penitenciaria 3 de Madrid, el juez José Luis Castro, quien a pesar de todo y de carecer de competencias para ello le aplicó dichas redenciones extraordinarias que lo hubieran puesto en la calle de no haber impedido la Audiencia Nacional su inmediata excarcelación. Cosas como estas son las que crean alarma social.

<< Lo que crea alarma social es que el etarra Ismael Arrieta Pérez de Mendiola haya vista igualmente reducida su pena de 60 a 18 años por su participación en la muerte de tres guardias civiles por un error, desidia o prevaricación de un servidor de la Justicia que deja pasar los plazos. Así, gracias a la desidia e incompetencia judicial o cualquier otra inadmisible razón, cada asesinato le ha salido por seis años de prisión. Ya sólo queda esperar los beneficios de reducción de penas a que tiene derecho por ir a la biblioteca o enviar una solicitud de matrícula a la UNED para que asesinar a tres guardias civiles, dejar tres huérfanos y destrozar tres familias resulte tan barato como saltarse un semáforo. Los responsables de las «dilaciones indebidas» que han dado lugar a esta injusticia también han salido bien librados, nadie se ha metido con ellos y todos miran para otro lado. Cosas como estas son las que crean alarma social.

<< Lo que crea alarma social es que haya jueces como Santiago Pedraz al negarse a procesar al etarra De Juana Chaos para evitar que salga de la cárcel, cerrando el sumario abierto contra el etarra por sus declaraciones en la revista Gara, donde hizo "alarde y exaltación" de su pertenencia a ETA en dos artículos de contenido claramente "amenazante". Este juez, famosillo por otras actuaciones igualmente indignas, ignoró a la Audiencia Nacional que consideraba justificada su imputación por tales delitos y confirmaba en un auto la medida de prisión acordada contra el etarra y procedió a cancelar la investigación y concluir el sumario abierto sin procesarle, dando lugar a que la Fiscalía tuviera que presentar recurso contra la decisión del juez Pedraz de cerrar el sumario y dejar que el terrorista salga de la cárcel, recurso que fue resuelto por la Sala de lo Penal en contra de semejante juez. Cosas como estas son las que crean alarma social.

<< Lo que crea alarma social es que sea un juez, otra vez Santiago Pedraz, el que pretendiese someter a una rueda de reconocimiento a cinco policías antidisturbios uniformados y sin personal de relleno –así los pro-etarras no hubieran tenido dudas– a cuyos policías había imputado por altercados provocados por miembros de Herri Batasuna, entre cuyos testigos de la acusación se encontraba un colaborador del Grupo Donosti de ETA. El juez acusó a los policías de desobediencia por negarse a asistir a la rueda con uniforme pero, con buen criterio, la Audiencia Provincial le desautorizó. Una rueda de reconocimiento en condiciones tales que necesariamente han de llevar a la inequívoca identificación de quienes en ella comparezcan, no puede calificarse de otra forma que de colaboración con banda terrorista por parte del juez. Cosas como estas son las que crean alarma social.


Continuará...